La Internet ofrece una inagotable fuente de
entretenimiento, ya sea en el sentido más estricto del término, o bien
satisfaciendo la curiosidad de quienes le usan. Sin embargo, ello no es
suficiente para mantener conectada a una persona durante prolongados períodos
de tiempo.
La ciberadicción, también conocido como trastorno de adicción a Internet es un término que se refiere a una supuesta patología que supone un uso abusivo de Internet, a través de diversos dispositivos (ordenadores, teléfonos, tabletas, etc.), que interfiere con la vida diaria.
Características: Los problemas
con Internet aparecerán en el momento en el que sus usuarios deben sacrificar
actividades rutinarias (estudios, relaciones sociales, actividades laborales)
para permanecer conectados, o bien robar horas al sueño. A partir de esa
situación, sus calificaciones escolares o rendimiento laboral disminuyen.
Muchas veces. Los adictos/as están demasiado cansados para acudir a sus
obligaciones diurnas o bien para realizar sus deberes después de haber
invertido parte de la noche en la red. Algunos sujetos no se conforman con
reducir el número de horas de sueño o de actividades, sino que llegan a
eliminar comidas.
¿Cómo les podemos identificar?
- Cambios drásticos en los hábitos de vida, a fin de tener más tiempo para conectarse.
- Disminución generalizada de la actividad física.
- Descuido de la salud propia a consecuencia de la actividad en Internet.
- Evitación de actividades importantes a fin de disponer de mayor cantidad de tiempo para permanecer conectado.
- Cambio en los patrones de sueño a fin de disponer de más tiempo en la red.
- Disminución de la sociabilidad, que tiene como consecuencia la pérdida de amistades.
- Negligencia respecto a la familia y amigos.
- Rechazo a dedicar tiempo extra en actividades fuera de la red.
- Deseo de más tiempo para estar frente al ordenador.
- Negligencia respecto al trabajo y las obligaciones personales.
Los
síntomas más frecuentes de los afectados por la adicción a Internet son:
- La privación de sueño para "engancharse" a la red.
- El descuido de otras actividades importantes (como el tiempo
para la familia o las relaciones sociales).
- El hecho de pensar constantemente en Internet cuando no se está
conectado a ella.
SON PROCLIVES A SUFRIR ESTE TIPO DE ADICCIÓN Las
personas que presentan déficits específicos en sus habilidades de relación y
comunicación. Algunos signos de alerta son la comprobación compulsiva del
correo electrónico y la inversión de mucho tiempo y dinero en servicios on
line.
Hoy día se distinguen cinco variedades de
comportamientos y problemas para controlar impulsos relativos a Internet:
- La adicción cibersexual: practicada por adultos mediante charlas
en tiempo real (chats) o visita a sitios web pornográficos.
- La adicción a las relaciones en línea: esto significa el
establecimiento de amistades mediante chats, grupos de noticias, etcétera, que
llegan a remplazar los amigos y familia de la vida real.
- Los compulsivos a Internet: no pueden evitar hacer compras y más
compras. La obsesión por el comercio electrónico y las subastas en línea es una
de sus principales características.
- Profundizar en la información: son las personas que se pasan las
horas navegando por la red o haciendo búsquedas en numerosas bases de datos.
- Adicción a las computadoras: se le llama así a la obsesión por
los juegos o por la programación excesiva en computadoras. Aquí se incluye todo
tipo de público: adultos, niños y adolescentes.
El primer paso es el reconocimiento del enfermo. Estar motivado para dejar el hábito.
La mayor parte de personas que buscan ayuda por su elevado
uso de los recursos de la red lo hacen por indicación de sus jefes, profesores
y padres.
Siendo el mejor tratamiento la prevención, se considera
factible realizar intervenciones precoces ante aquellos usuarios que realizan
las conexiones más largas y frecuentes. No obstante, deberá establecerse
claramente las condiciones en donde se produce la conexión y las necesidades
reales del usuario, por lo que recomendamos una actitud de exquisita prudencia.
En el medio personal y familiar, debe confiarse en la propia
sensatez de los usuarios. Pueden ser de ayuda los programas que monitorizan la
conexión y que permiten programar alarmas cada cierto tiempo. También
resultaría bueno un programa que se dedicara a controlar la duración de las
sesiones, informando periódicamente al usuario y que, eventualmente, pudiera
incluso interrumpir la conexión.
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